Han pasado ya casi veinticinco años desde que vi por primera vez el Martinete de la fundición de cobre de Navafría, pero tengo todavía viva en la memoria la impresión que me causó.
Estar allí contemplando aquel ingenio moverse por el impulso vital del agua, oír y sentir vibrar el suelo con su rítmico martilleo como si fuera el corazón de un gigante - fruto de la unión de la naturaleza y del ingenio creador del hombre - es sentir el latido de tiempos pasados. Tiempos en los que el hombre se enfrentaba a las adversidades con su inteligencia, sus manos y su experiencia.
Tengo que reconocer que aquella magia me hechizó.
En este tiempo trascurrido he ido observando como nuestro Patrimonio Industrial, parte importante de nuestro legado cultural, de nuestra historia más cercana, de nuestros pueblos y la memoria de nuestros padres y abuelos, se deterioraba progresivamente.
Para intentar en lo posible su conservación pensé en diseñar un catálogo que inventariara el Patrimonio Industrial, para saber qué tenemos y en qué estado está, y que a la vez permitiera su utilización en diversos campos de información general y cultural, didáctica- educativa o como herramienta en el desarrollo local, recuperación del paisaje, turismo rural, etc.
Estas necesidades me conducían a un sistema informático multimedia.
Hablé del proyecto a Ignacio García, mi amigo y maestro de informática, para saber si era posible. Según avanzaba la conversación Nacho ya estaba aportando nuevos detalles que lo enriquecían: ya estaba enganchado a él.
Ahora tenía que encontrar a la persona capaz de recorrer toda la provincia en busca de molinos y batanes por caminos perdidos y rastrear en las fuentes de los archivos datos históricos y topográficos. Como la casualidad es muchas veces proverbial conocí a Isabel Marqués, arqueóloga y gran andarina, que se entusiasmó también con el proyecto.
El trabajo lo dividí del siguiente modo: Ignacio García se encargaría del diseño informático y su montaje, Isabel Marqués del trabajo de campo de inventario y las fuentes documentales, y yo me encargué del estudio tipológico tomando un ejemplo de cada tipo inventariado, dibujando los planos, realizando las fotos necesarias, diseñando la animación por ordenador y redactando la memoria de cada ingenio.
Iniciamos el trabajo en 1998 y lo entregamos en el 2002. En todo este tiempo quiero destacar y agradecer el apoyo y la confianza prestada por Benito Arnaiz de la Junta de Castilla y León.
En las Jornadas de INCUNA “Rutas Culturales y Turísticas del Patrimonio Industrial” celebradas en Gijón en el 2004, presenté una comunicación titulada “INVENTARIO DEL PATRIONIO INDUSTRIAL DE LA PROVINCIA DE SEGOVIA” en nombre de los tres coautores (Colección Los ojos de la memoria, Nº 4 pág. 99 a 108.)
Sin embargo el tiempo trascurría y el CD no se publicaba.
Me puse en contacto con la Cámara de Comercio de Segovia (que celebraba su centenario), que acogió el proyecto con gran entusiasmo y se implicó en su publicación. Como habíamos empezado en el 1998 se pensó que era mejor realizar una puesta al día del inventario. Yo no participé en esta segunda revisión por motivos personales y por otros compromisos que ya había adquirido con anterioridad, por lo que se le encargó a Isabel Marqués.
El pasado 2008 se presentó la actualización del inventario de Segovia en formato CD (sólo inventario) y un libro con el título “Segovia - INVENTARIO DEL PATRIMONIO HISTÓRICO INDUSTRIAL DE LA PROVINCIA DE SEGOVIA”. De las 231 páginas de las que consta este libro, desde la 60 hasta la 166 son textos sacados íntegra o parcialmente del trabajo que yo realicé para el inventario de 2002. Los textos con pequeñísimas modificaciones, un cortar y pegar con diferente orden que denota un claro interés por simular una autoría que no corresponde, ya que mi nombre no figura como autor de esta parte.
Con este Blog pretendo aclarar este particular y revindicar mi trabajo realizado a lo largo de todo el proyecto, desde el año 1998 al 2002, y publicar los textos originales, dibujos, las fotografías y animaciones que se hicieron en su momento. Además servirá como portal para que todo aquel que desee hacer uso de este material pueda hacerlo cómoda y fielmente, sin más condición que la justa referencia a su autor.
Jorge Miguel Soler Valencia
Invierno de 2009